sábado, agosto 22, 2009

Traté de hacer a mi bien tu bien, y ves bien que me salio mal. No acostumbro a fracasar. Dijiste hasta acá, ya fue, me voy, mi vida no está junto a vos. Ya me canse que te de igual si soy feliz o no lo soy. Comprender, aceptar. Parecía tan fácil como sumar, tu amor y mi lealtad, mi ternura y tu amistad. A veces Marte y Venus se llevan mal. No es cuestión de maldad. Es duro aprender a amar. Y acá estoy despidiéndome, mascando tu rencor, lo sé. No me quedó más que aceptar, soy tan culpable como vos. Yo también deje de regar la flor de la superación. Comprender, aceptar. Prometiste cuidarme sin importar y hoy ya no importa mi bienestar, lo importante es tu ansiedad. Regió mi vida al azar una vez ¿sabés? No me gusta apostar, siempre me tocó pagar. Yo me propuse superar tu ausencia a pesar del dolor. Vos preferís no analizar, seguís en busca del amor.

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robablemente ya de mí te has olvidado, y sin embargo yo te seguiré esperando. No me he querido ir, para ver si algún día que tu quieras volver, me encuentres todavía. Por eso aún estoy en el lugar de siempre, en la misma ciudad y con la misma gente. Para que tú al volver no encuentres nada extraño, y sea como ayer, y nunca más dejarnos. Probablemente estoy pidiendo demasiado, se me olvidaba que lo nuestro había terminado. Que nunca volverás, que nunca me quisiste, se me olvidó otra vez que sólo yo te quise

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