Ella a veces se acuerda y a veces se olvida de respirar, ella duerme abrazada a su mona, ella tiene trenzas que no deja tocar. No es hermosa, pero donde va pasan cosas. Ella te lo dice con toda la boca, tiene casi treinta, pero no se notan. No le vengas a contar cuantos pares son tres botas. Ella no se va a poner en tus zapatos, está un poco apurada, pero va despacio. Puede ser tuya un verano, quererla es un trabajo bastante malo. Ella es un hermoso lío, ella es un tremendo río. Ella es un hermoso lío, ella es un profundo río. Habráse visto lo que se ve cuando ella sale en rollers: se paran a aplaudirla los camiones. Ella dice que no tiene remedio, pero que en el infierno también hay cielo y ahí se va a quedar, solita, con sus discos de bolero. Ella está más triste de lo que piensa, se muere por un hijo y vive de su abuela. En su escote hay dos anzuelos que dicen que a ella nadie la vio primero. Ella es la Madonna de Parque Lezama, se carga cinco novios en una semana. No la quieras madrugar, que le ponés un yeti y le dura un round. Ella es un hermoso lío, ella es un tremendo río. Ella es un hermoso lío, ella es un profundo río. Ella tiene planes que no te va a contar. No es hermosa, pero donde va pasan cosas
robablemente ya de mí te has olvidado, y sin embargo yo te seguiré esperando. No me he querido ir, para ver si algún día que tu quieras volver, me encuentres todavía. Por eso aún estoy en el lugar de siempre, en la misma ciudad y con la misma gente. Para que tú al volver no encuentres nada extraño, y sea como ayer, y nunca más dejarnos. Probablemente estoy pidiendo demasiado, se me olvidaba que lo nuestro había terminado. Que nunca volverás, que nunca me quisiste, se me olvidó otra vez que sólo yo te quise
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